"Nací en 1191, en el auge de la tecnología de los medios y, desde hace algunos años, mis proyectos exploran el vínculo entre memoria histórica y memoria digital. Empecé a trabajar con el registro de celulares en 2012, cuando empecé a registrar imágenes digitales de forma más frecuente en mi cotidiano. Y empecé a pensar cómo trabajar con ellas en un presente donde desbordan.
A Zezé lo conocí después de un concierto, donde canté unas canciones.
Al finalizar mi presentación, se acerca y me pregunta si me puedo sacar una foto con él. Digo que sí, e inesperadamente. Zezé saca una cámara de su mochila. Me pide que me quede quieto y me saca una foto. Se acerca y me muestra el display de su cámara para que yo vea la foto que me sacó. Después, le pasa la cámara a una amiga para que nos saque una foto juntos.
En ese momento me di cuenta de la comodidad con la que había usado la cámara y me puse a pensar: ¿por qué saca fotos, si no las puede ver? Nos quedamos hablando un rato. Me agradeció por haberlo llevado de viaje con mis canciones, que lo hacían imaginar lugares.
En diciembre de 2018, unos días antes de Navidad, sueño que estoy ciego. Imágenes distorsionadas de colores, como si fueran manchas generadas por químicos de revelado analógico. Recuerdo estar consciente y feliz a pesar de la ceguera.
Pensé en Zezé, que se quedó ciego a los 25 años. Le escribí para juntarnos y comenzamos a dialogar sobre la producción de imágenes en el presente. Desde ese día, no puedo parar de pensar en su valentía y coraje. Caminando en la calle con él, aprendí a percibir mi entorno de otra forma.
Me empieza a hablar sobre películas que vio antes de quedarse ciego. En base a ese recuerdo, hoy encuadra con su cámara y produce nuevas imágenes. Hablamos sobre los espacios que quiso conocer y aún no pudo: entre ellos, las Cataratas del Iguazú.
A los pocos meses de esos encuentros, ya estábamos filmando.
Acompañar la generación de su archivo, por si alguna vez vuelve a ver, fue una premisa que llenó de entusiasmo."
MANUEL EMBALSE